
En un rincón de la costa gallega, al pie de una cala salvaje, se alza esta casa lista para habitar, con espacios restaurados y llenos de luz. Aquí, caminar del salón a la playa puede ser rutina, y despertar se convierte en un acto suave. Un refugio en un entorno natural preservado, guardado de miradas y testigo de historias y tradiciones antiguas.
Levantarte del sofá, preparar una taza de café y avanzar unos pasos hasta la arena de una cala virgen. ¿Te imaginas? Esta casa en venta en Foz se erige sobre las escarpadas rocas de una playa casi escondida, en el corazón de la Mariña Lucense. Aquí el mar abierto se despliega sin obstáculos, dibujando un horizonte panorámico. Tan solo unos metros separan la vivienda y el agua, que se acerca y aleja de la casa al compás de las mareas. Se trata de un refugio natural donde el mar es protagonista, compañero y vecino.
A las espaldas, verdes praderas salpicadas de casas y, más allá, colinas que enmarcan el paisaje y anticipan el verde, siempre abundante y reconfortante de Galicia. Carreteras, caminos y paseos completan el entorno, comunicando este íntimo rincón con el resto del mundo.
A pocos metros de la casa, un pequeño puerto pesquero habla de la historia de este lugar, antaño enclave ballenero de origen fenicio. Según rezan documentos rescatados del siglo XII, fueron muchas las familias marineras que en el pueblo vivieron del cetáceo, siendo este rincón un lugar clave para su desempeño.
Vivir aquí es comenzar cada día con la vista abierta al horizonte, en una rutina que suaviza las prisas y refresca el pensamiento, en compañía de un mar abierto que siempre parece invitar a mirar más lejos.
Éste no es solo un refugio vacacional, sino un hogar para disfrutar durante todo el año. Con todas las comodidades y servicios, la casa está distribuida en dos plantas y una bajocubierta, con una superficie aproximada de 50-60 m² por planta. Espacios y rincones en el exterior conectan el hogar con su entorno y animan a disfrutar de este enclave único.
Bajo su aspecto sencillo, esta casa esconde espacios restaurados con mimo y esmero, que permiten disfrutar de su espectacular entorno sin salir de casa. Sus paredes blancas crean ambientes luminosos y frescos en todas las estancias, con acentos cálidos que aportan la madera, el mobiliario y la decoración. Es una casa familiar, donde uno puede pasar las horas, descansar o reunirse con amigos, que ofrece un refugio cómodo y acogedor para todos los días del año.
En la planta baja, un luminoso hall conecta con una cocina completamente funcional, un pequeño aseo y un salón con chimenea y techo de madera, decorado con el clásico encanto de una casa marinera. Aquí la playa espera al otro lado de una puerta acristalada, proporcionando vistas privilegiadas al mar y el puerto e inundando la estancia de luz. Imagina disfrutar de este privilegio cada día.
La primera planta alberga tres dormitorios y un gran cuarto de baño totalmente reformado, con una espaciosa zona común que las conecta. Avanzando por las escaleras se alcanza la bajocubierta, un espacio diáfano de gran tamaño que invita a imaginar espacios y usos futuros. Un despacho, dormitorios adicionales o zona de ocio podrían habilitarse en este carismático rincón, que cuenta con un techo de madera completamente nuevo y listo para perdurar en el tiempo.
Cuando uno hace vida en tan afortunado lugar, lo justo es disponer espacios para vivirlo y compartirlo. Eso hicieron quienes construyeron esta casa, con diferentes áreas que la rodean e invitan a sentarse, relajarse y dejar que los pensamientos fluyan con las olas.
Una amplia terraza junto a la entrada de la casa se convierte en el lugar perfecto para reuniones y comidas, ideal para disfrutar de barbacoas en los días soleados. Desde aquí, una escalera de piedra conduce directamente a la playa, haciendo de ésta una extensión de la propia casa.
En la fachada contigua, mirando al mar, una franja pavimentada ayuda con la naturaleza escarpada de la roca y sirve de suelo firme. Aquí, junto a la entrada que conduce al salón, un práctico banco se convierte en el mirador perfecto de este mágico lugar.
Esta propiedad se encuentra en una ubicación inmejorable, en plena Mariña Lucense y a escasos kilómetros de Foz y de Burela. Su pequeña playa, de aspecto indómito y prácticamente virgen, se esconde del turismo y hace de este rincón un refugio íntimo y casi privado.
A escasos minutos de la casa se despliegan otras playas, hermanas más grandes como Arealonga (3 min) A Rapadoira (13 min), o la emblemática playa de las Catedrales (22 min). Para quien guste caminar o ir en bicicleta, una larga pista de unos 8 km situada junto a la casa conduce directamente a Foz.
La Mariña Lucense es la Galicia verde que se asoma al Cantábrico. Con cerca de 100 km de costa, esconde infinitas joyas naturales entre acantilados, bosques y ríos. Por su historia milenaria es rica en patrimonio, con faros, iglesias y castros que cubren el territorio. Un crisol de culturas del que, cada año, disfrutan los miles de peregrinos que atraviesan la Mariña en su discurrir por el Camino del Norte.
Las condiciones geográficas, ambientales y culturales de esta tierra han tejido aquí una tradición gastronómica famosa en el mundo entero, siendo protagonistas los productos del mar, pero también aquellos procedentes de huertas y granjas locales.
Haz tu hogar de uno de los territorios más auténticos de Galicia, refugio de tradición y belleza natural, donde uno puede vivir con pausa y asombro. Un lugar para quienes buscan habitar la costa como si fuera una extensión del alma.
* Publicación con fines informativos, no vinculantes o contractuales. Puede contener errores o estar sujeto a variaciones.
111 m²
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A 11 kg CO₂ m² / año
B 11 kg CO₂ m² / año