
ID: 2112
Melide - A Coruña | Casa RústicaEn una aldea que los peregrinos han transitado durante siglos, dos casas del año 1800 renacen con nueva vida. Una completamente restaurada con espacios actuales y luminosos, otra en proceso de restauración. Con espacios exteriores que incluyen alpendre y hórreo tradicional, aquí la arquitectura rural se fusiona con acabados modernos y funcionales.
Esta propiedad se encuentra en una aldea medieval de la parroquia de Melide, situada en el corazón del Camino Francés y a pocos kilómetros del centro de Melide. La ubicación privilegiada sitúa estas construcciones sobre la antigua calzada romana que sigue utilizando el trazado jacobeo, convirtiendo la propiedad en testigo directo del paso de peregrinos hacia Santiago de Compostela.
El conjunto data del año 1800, y alberga dos casas de piedra adosadas, un hórreo tradicional gallego perfectamente conservado, un alpendre de piedra y zonas ajardinadas presididas por un carballo centenario.
La aldea conserva su carácter medieval auténtico, con enlosado de piedra en sus calles y casas tradicionales que evocan el ambiente histórico del Camino de Santiago. Aquí existió desde el siglo XII un hospital de peregrinos que servía de refugio a los romeros, siendo rehabilitado en el siglo XV, testimonio de la larga tradición de hospitalidad jacobea de este enclave.
La propiedad, asentada sobre una superficie total de 688 m² y con 286 m² construidos, cuenta con muros de mampostería de piedra y tejados de teja que han sido cuidadosamente restaurados.
La casa principal está completamente terminada y lista para ser amueblada al gusto del nuevo propietario. Al acceder por la amplia entrada, la distribución se despliega de forma funcional: a la derecha se encuentra un amplio cuarto de baño con acabados modernos que incluye ducha, doble lavabo y techo con vigas de madera vista. A la izquierda, una cocina con ventana sobre el fregadero y puerta de salida lateral al exterior. La planta baja se completa con un amplio salón con grandes ventanales que inundan el espacio de luz natural y ofrecen vistas privilegiadas al jardín, además de una habitación con armario empotrado que dispone de dos puertas de acceso directo a la zona de jardín.
Las escaleras integradas en un lateral de la cocina conducen al piso superior, donde se encuentra una habitación bajo cubierta con dos ventanas y listones de madera que dividen el espacio de las escaleras.
La casa contigua se encuentra en proceso de restauración, con estructura nueva que incluye cimentación, muros de mampostería y cubierta renovados. Esta construcción cuenta con una gran zona de entrada y una zona distribuida en dos plantas, ofreciendo múltiples posibilidades de habilitación para ampliar la superficie habitable o crear espacios independientes.
En el exterior, el jardín despliega un espacio que combina historia y naturaleza. Aquí se alza un hermoso hórreo tradicional de cantería y madera con sus características columnas de piedra elevadas, testimonio de la arquitectura rural gallega.
Un gran alpendre de piedra ofrece espacio cubierto donde guardar vehículos y aperos de jardín. Completan el conjunto un horno de piedra y un pozo de agua situados en la parte trasera.
La aldea donde se ubica esta propiedad forma parte de un enclave histórico que aparece documentado ya en el Códice Calixtino del siglo XII como Campus Leporarius (monte de liebres). Este lugar fue donado por Fernando II al monasterio de Sobrado en 1185, siendo desde entonces un punto clave en la ruta jacobea. Los peregrinos del Camino Francés atraviesan esta aldea medieval antes de llegar al centro urbano de Melide, donde se produce la confluencia con el Camino Primitivo.
La proximidad al centro de Melide permite acceder fácilmente a todos los servicios de esta villa de más de 7.000 habitantes, que conserva importantes testimonios patrimoniales como la Iglesia de Santa María, monumento nacional que alberga uno de los pocos altares románicos de Galicia.
Santiago de Compostela y su aeropuerto internacional se encuentran a solo 53 km, mientras que la conexión con núcleos como Lugo, Arzúa o la costa lucense sitúa la propiedad en el corazón de las principales comunicaciones gallegas.
Esta es la oportunidad perfecta para disfrutar de una vida en un entorno rural con historia, rodeado de paisajes gallegos tradicionales, donde la tranquilidad del campo se combina con proximidad a servicios, patrimonio cultural y confort moderno.
* Publicación con fines informativos, no vinculantes o contractuales. Puede contener errores o estar sujeto a variaciones.
688 m²
286 m²
1
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Todas
No
En trámite
999 kW h m² / año
En trámite
999 kg CO₂ m² / año